sábado, marzo 24, 2012

Experiencias: Silent Hill


Recuerdo la noche que tuve la posibilidad de jugar por primera vez a Silent Hill. Ocurrió en un tormentoso día de invierno hace exactamente diez años, cuando uno de mis compañeros de clase, que había recibido el juego como regalo de cumpleaños, nos invitó a ir a su casa para probarlo al salir del colegio. En invierno anochece pronto de modo que, cuando teníamos todo preparado para empezar, no había ya luz natural en el exterior. Una vez comenzamos a jugar, creo sinceramente que ninguno de nosotros estaba preparado para una experiencia como aquella; nadie hablaba, nadie comentaba, nadie interrumpía. Lo que estábamos presenciando era algo que seguramente ninguno de nosotros olvidaremos en mucho tiempo. Y cuando, finalmente, llegó la hora en la que debía volver a mi casa, pasé algunos de los minutos más horribles de toda mi vida; pues, solo bajo la tormenta, era difícil no volver a recordar el horror que nos había transmitido Silent Hill y empezar a temer que algo te estuviera acechando entre las sombras...

Tras esta pequeña anécdota personal procederé a comentaros los pormenores de este videojuego que, en pocos años, se ha convertido en un objeto de culto muy apreciado entre todos los aficionados a los juegos de Terror y las personas que han podido probarlo.



En Silent Hill encarnamos a Harry Mason, quien se dirige a pasar unas fantásticas vacaciones al pueblo de Silent Hill con su hija Cheryl; pero esas vacaciones se tornan en tragedia, ya que sufren un accidente de automóvil. Cuando Harry recupera la consciencia se da cuenta de que su hija ha desaparecido, y es en ése momento en el que decide adentrarse en la espesa niebla que cubre por completo el pueblo y sus alrededores para dar con el paradero de Cheryl.



El juego sigue una perspectiva en tercera persona en la que, mientras vamos en busca de Cheryl, debemos tanto investigar los rincones más representativos del pueblo (como pueden ser la escuela, el hospital o algunas de sus calles principales), como sobrevivir a las mostruosas criaturas de pesadilla que se han convertido en los dueños y señores de Silent Hill. Para eliminar a éstas últimas dispondremos de varias armas tanto de fuego cómo de Melee, pero en las primeras la munición escasea y las segundas no son muy eficaces cuando estás rodeado de varias de esas criaturas, llevando estas dos situaciones a la manera más fácil de sobrevivir en el pueblo fantasma: intentar huir cuando se nos presente una situación comprometida.

Y es que Silent Hill basa casi todas sus situaciones en el terror psicológico, es decir, sentimos más miedo hacia lo que no vemos o podemos intuir que hacia los mosntruos o la sangre que podemos ver. Es impagable sentir la sensación que trasmite el correr sin rumbo entre la niebla del pueblo maldito mientras algo nos persigue pero no sabemos exactamente de dónde viene ni de qué se trata; el oír golpes y ruidos procedentes de un armario que no podemos abrir; el escuchar la estática que producen los espectros que pueblan Silent Hill en nuestra pequeña radio portátil; o el vernos rodeados de oscuridad teniendo como única fuente de iluminación una pequeña linterna, con la que tendremos que iluminar extensos parajes exteriores en forma de laberinto en los que es fácil perderse una y otra vez.



La fantástica banda sonora, compuesta por melodías que nos pondrán los pelos de punta, la ambientación y la personalidad que rezuma el juego por los cuatro costados, nos permitirán introducirnos de lleno en el videojuego y en muchos casos despertará un irrefrenable deseo de continuar la historia hasta que lo finalicemos por completo. En cuanto a esto, cabe señalar que Silent Hill no es un juego largo, puede ser completado en unas 14 horas en manos no muy expertas; sin embargo lo compensa con cinco finales completamente diferentes según las acciones que tomemos; contando, incluso, uno de ellos con unos invitados que nadie se espera.

Debo comentar también que, a modo de curiosidad, los creadores del juego nos dejan guiños a los grandes autores de terror y ciencia ficción de los que toman ideas, conceptos o referencias; una de ellas es, por ejemplo, la palabra "REDRUM" (la cual muchos de nuestros lectores probablemente reconoceran por ser una clara referencia a "El Resplandor") escrita con sangre en una de las cocheras o algunas calles del juego bautizadas con nombres como Bradbury, Matheson o Bachman.



Como conclusión, creo sinceramente que todo aquel al que le guste el terror y pasar miedo debería probar al menos una vez en la vida este juego; y aunque no sea un aficionado al género, o aunque piense que los videojuegos son "cosas de críos", tampoco debería dejar pasar la oportunidad de jugarlo. Así que, si no lo tenéis aún en vuestro poder, sólo os diré: conseguidlo, esperad a que el sol se oculte tras el horizonte, cerrad las persianas, apagad la luz y empezad a jugar; sólo entonces descubriréis el verdadero significado de la palabra terror.


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